sábado, 12 de julio de 2014

Paz y solidaridad se dan la mano en Rioseco

La Nueva España - 12/07/2014

Said, un niño saharaui de 10 años, no sabía hasta hace dos días lo que era el mar. "Se metía en el agua con cuidado, pero no me soltaba el brazo", señalaba ayer Javier Ordás, de Oviedo, su padre de acogida durante estos dos meses. Este ovetense también es primerizo. "Nunca había participado en el programa de acogida, pero leí en LA NUEVA ESPAÑA que no había familias suficientes para acoger a los niños saharauis y me decidí". Said y su padre de acogida participaron ayer en la jornada de encuentro celebrada en la Casa del Agua de Sobrescobio a la que estaban llamados los 250 niños que participan en el programa de acogida "Vacaciones en paz".


Allá donde se mirase, tan sólo se veían caras de felicidad entre los pequeños. También entre los adultos. La mierense Beatriz González era uno de ellos y Bamba es el pequeño que lleva acogiendo desde hace tres años. "Sabes que es un viaje de ida y vuelta, pero te sientes muy bien, porque a veces los niños llegan con muchas carencias y necesidades", explica. Sin embargo, esta mujer destacó que "es una experiencia muy enriquecedora, porque también tienes la oportunidad de conocer una cultura totalmente distinta". Esta es una de las ideas que destacó Carmen Santos, que coordina el programa de acogida de niños saharauis en Mieres. Santos lleva doce años. "No soy una pionera, hay personas que llevan veinte años acogiendo a estos niños", destaca. En su opinión, "los saharauis no te dejan indiferente, son muy intensos, con muchos valores, y la verdad que merece la pena".

Y es que, sobre todo, estos padres de acogida rezuman solidaridad. Algo que destacó ayer la consejera de Bienestar Social, Esther Díaz, que acudió al encuentro junto al delegado saharaui para Asturias, Ahmed Salama, y el alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez. La consejera destacó la estrecha relación del Principado con el programa "Vacaciones en paz", que está vigente desde el año 1995. "Son dos meses en la región donde los niños pueden relajarse y compartir, además de disfrutar de un programa de salud y nutrición", destacó, añadiendo que "se crean lazos y muchos arraigos, una relación que va más allá de la solidaridad". Salama aprovechó su visita para agradecer la solidaridad "tanto de las familias como del Principado".

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